miércoles, diciembre 24, 2014

Llorar, hacerse agua.
Verter parte de uno por la tristeza, la alegría, la grandeza, la emoción.
Llorar y deshacerse en moléculas para volver a vivir, para sentir el cuerpo.
Llorar desde el corazón, llorar por los ojos, por la nariz, llorar exhalando. Llorar y no detenerse aunque no queden más lágrimas.
Llorar por la piel, llorar desgarrándose y aun así no tener calma.
Llorar la ausencia, llorar para dejar de extrañarte, llorar para sacarte de adentro.
Llorar para hacerte río, río que fluye y sigue su cauce sin detenerse por nadie (ni siquiera por mí)
Llorar por amor, llorar por el odio de ese amor, llorar por la derrota.
Llorar para evaporarme,volver al cosmos y ser parte del todo.
Llorar para llegar a vos, llorar parte de mí.
Llorarme entera, ser lluvia y gritar en silencio, gritar llorando, gritar lloviendo.
Y desbordar de tanta agua, desbordar y hacerse risa.





lunes, octubre 13, 2014

Miradas mexicanas

En medio de la humareda, el caos, el tránsito, el estrés y el andar mecánico.
En medio del hastío, la angustia, el aburrimiento, las ansias acumuladas, la tristeza, la resignación. 
En medio de la rutina cronometrada, las charlas programadas, las tareas inevitables y la falta de luz.
En medio del atardecer, del cansancio colectivo, de las tradiciones obsoletas que siguen sin ser cuestionadas.
En medio del sinsentido, del miedo silencioso y continuo.
En medio de la ciudad, -y no es el medio ni el centro, es sólo una parte en algún lado- entre todo el gris, florece el verde. El verde salvador para no perdernos (nosotros, los sonámbulos) de la vida que acontece sin pedir permiso.

martes, julio 22, 2014

Cada vez que escucho Beck,
resuena tu nombre en mi mente.
Y me viene esa certeza
de que siempre vas a ser una presencia-ausencia
en mis días.
Y pienso en tus ojos
(nunca te dije que me parecían hermosos)
y en la forma intensa en que solían atravesarme,
veías lo mejor aunque yo estaba acostumbrada al caos.
No hubo nadie con oraciones más precisas,
deberías saberlo
y también que cada vez que escribo
lo hago pensando que vas a leerlo,
sos mi lector favorito.
Y aunque no sé si alguna vez creí
que podríamos terminar juntos,
sé que fuiste un gran hombre para mí
y que vas a seguir siéndolo,
al menos una década más.

https://www.youtube.com/watch?v=WIVh8Mu1a4Q

domingo, junio 29, 2014

El destiempo,
el apuro o el letargo
sólo es demora.
No existe el des-tiempo,
aunque todo parece sugerir lo inoportuno.

Que hay pactos anteriores a tu llegada,
que tenés que contener, comportarte,
y ponerte de rodillas frente al respeto.

Y aunque no sepas cuándo es el momento,
la paciencia no es tu aliada, lo sabes.
Y te mordes sucesivamente el deseo
sólo porque estás a destiempo,
destiempo de qué?

¿Cuándo es el momento perfecto
para saltar?
preguntaste al mismo que te sentenció.
Pero no supo que responder,
sólo estaba ahí para señalarte.

Y seguís caminando, un poco aturdida
pensando qué hacer
con las ganas.

Porque ese encuentro no fue casual,
y cuando alguien te mueve tan intenso
sabes que vino a enseñarte.

Es que nada, nada es inoportuno,
cuando la piel te habla así.

domingo, mayo 25, 2014

Yo digo que deberíamos estar haciendo el amor por toda la gente que se está odiando ahora mismo. Por la gente ciega de violencia, por la ignorancia con la que se cruzan y deciden vivir.
Deberíamos hacer el amor por las personas que no quieren salvarse, para calmar este frío, para sanar el dolor que soporta el mundo.
Por el bien de todos deberíamos hacer el amor, para ahuyentar la oscuridad que nos rodea.
Deberíamos sí, pero no debamos nada y hagamos el amor para salvarnos de nosotros mismos, de nuestro dolor, nuestra violencia y seamos luz.

jueves, febrero 06, 2014

Mejor?

Discúlpame si me olvidé de vos estos días,
estoy decidiendo qué hacer de mi vida
y me encontré enredada conmigo y sorprendida
de no haber estado nombrándote todo el maldito tiempo,
de no encontrarte atravesando mi sien
como mi última hermosa pero jodida compulsión.
Estoy acá ocupándome de mí,
volviendo a darme amor
todo ese amor que vos no pudiste...






viernes, enero 31, 2014

La culpa es mía...
Por haberte dejado entrar tan adentro o empujarte hacía mí.
La culpa es mía,
de extrañarte tanto que ya ni siquiera tiene sentido
(aunque nunca necesité que las causas y los efectos fueran correspondidos)
La culpa es mía,
de estas ganas de mirarte y perderme en tus ojos
porque es ahí donde puedo sumergirme tranquila.
La culpa es mía,
de querer darte este amor
cuando estás tan lejos.
La culpa es mía,
de pegar mi deseo a vos
y de pretender que hagas lo mismo
o de que, por lo menos,  lo sepas recibir.
La culpa es mía,
de estas pseudo-intenciones de soltarte
aunque me quemen las ilusiones de que me abraces intenso.
La culpa es mía,
tan mía, que no puedo echarte al carajo
porque no sepas -o no quieras- hacerme bien.

Y te espero aunque confiese que la culpa es mía...